domingo, 28 de agosto de 2011

CARGAR CON LA CRUZ

Algo muy anunciado son las pastillas, esas píldoras maravillosas que curan toda enfermedad y toda impotencia. Pero todas producen efectos secundarios. El evangelio de Jesús es también una pastilla maravillosa que nos da la salvación eterna. Va acompañado este anuncio de algún efecto secundario?
Si, hermanos, Jesús nos lo dice muchas veces y de muchas maneras. Quieres salvación y felicidad y vida eterna? Carga con la cruz y sígueme.
Hay una cruz para Jesús y hay una cruz para usted. La cruz es el efecto secundario del seguimiento de Jesús.
Recuerdan la confesión de Pedro en Cesarea de Filipo?
Pedro habló inspirado por Dios y tuvo un gran día. Jesús le cambió el nombre y le entregó las llaves. El evangelio no lo dice pero, no se imaginan a Pedro dando una gran fiesta para celebrarlo?
Hoy, Jesús quiere poner los puntos sobre las íes, y les dice: "El hijo del hombre tiene que subir a Jerusalén, ser matado y resucitar". Jesús es un aguafiestas/ Por qué habla de sufrimiento y muerte? Ahora que lo estamos pasando de mil maravillas nos anuncias tristeza.
Pedro que ya veía brillar las llaves del poder le dice: "Jesús no te pongas dramático, nada de desgracias, no te pasará nada, al menos mientras yo esté contigo".
Pedro quería la gloria pero no la cruz.
Quería el triunfo pero no el sacrificio.
Quería la salvación pero no la sangre.
Quería a Jesús a su manera humana pero no la voluntad de Dios Padre.
Quería a Jesús superestrella pero no un Jesús humillado.
El querer humano siempre tiene una mezcla de egoísmo, de vanidad, de carne y sangre, de placer y de odio a todo lo que nos lleva la contraria y nos hace sufrir.
Jesús viene a poner unas prioridades en la vida de sus seguidores: la renuncia, la cruz, el seguimiento, el compromiso, el sufrimiento, el amor...

Fuente: Parroquia María Auxiliadora
Domingo 22 de agosto de 2011
Evangélio: Mateo 16, 21-27

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